En esta ciudad de risas, algarabías y folklore no se ya, como plantear las cosas. En mi último viaje realizado a la capital grancanaria no paraba de encontrarme cosas nuevas, cosas que me hacen plantearme preguntas. Preguntas que esperan sus respuestas, preguntas que intentan hacer reflexionar a mí pueblo, preguntas que enaltecen mi enfado con la cúpula dirigente, preguntas que siempre están ahí golpeando mi cabeza.
Ante una sociedad que lo está pasando tan mal, como es posible que los gobernantes sólo piensen en como sisar lo poco que nos queda y no recapaciten en aquello que les ayude a no sólo solucionar sus problemas, sino también los problemas de ellos, los gobernantes, porque no se dan cuenta que solucionando nuestros problemas solucionan los suyos. Pero claro, que vamos a esperar de una clase dirigente que sólo ve la paja en el ojo del ajeno, y no la viga en el propio.
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